Anoche asistí al Teatro de Lucía para ver La estación de la viuda de Eugène Labiche. Fue una agradable velada. Una obra de tono ligero, con momentos muy divertidos y que cumplió largamente su cometido gracias a la excelente puesta en escena. La obra estuvo dirigida por Norma Berrade y el elenco estuvo conformado por respetados actores de nuestro teatro.
La estación de la viuda cuenta la historia de una viuda, Madame Champbaudet, quien se ha enamorado de un joven arquitecto que la visita frecuentemente con el fin de diseñar un mausoleo en memoria del difunto esposo. Sin embargo, luego nos enteramos de que el arquitecto se aprovecha de esas visitas para tener una aventura con la vecina casada que vive en el piso superior y con quien se comunica a través de claves musicales. Como suele suceder en este género de teatro, el asunto se va complicando con las sospechas del esposo, el amor casi manifiesto de la viuda y la aparición de una damisela de la que se prenda el disoluto arquitecto. Forzado por las circunstancias, este debe cumplir con la demanda de los familiares de la damisela: desprenderse de la viuda buscándole un prometido. Finalmente el asunto se resuelve en el tercer acto. Por supuesto, luego de muchas escenas divertidas y muy bien actuadas.
Sin ser una obra de corte mayor, diré que es un montaje al que vale la pena asistir y de la que se saldrá sonriente y satisfecho de haberla visto.
Ahora bien, este montaje, en especial, cobra una mayor importancia porque sirve de marco para el retiro de los escenarios de la gran actriz Lucía Irurita. Después de cincuenta años de actividad teatral – que abarca casi cien obras teatrales – La señora Irurita se retira de la actuación; aunque, según entiendo, no de la actividad teatral. Claro. Un artista nunca deja de serlo. Después de todo, la misma sala de teatro que lleva su nombre, nos indica que abandona las tablas, pero no la actividad teatral.
La señora Lucía Irurita, me entero, fue la primera actriz en crear una Compañía de Teatro en el Perú y en profesionalizar a los actores remunerándolos por su trabajo. Su larga carrera actoral ha incluido televisión y radio.
En este sentido, ha sido un honor asistir a un montaje tan significativo. La actuación de la señora Irurita fue impecable y los aplausos al final de la obra fueron intensos y muy emotivos.
Todavía hay tiempo de verla. Las funciones van jueves a lunes y se mantendrá hasta el cinco de diciembre