UN MILLÓN DE SOLES
Opiniones sobre la novela de Jorge Eduardo Benavides
Esta semana tuve el tiempo para terminar de leer la novela de Jorge Eduardo Benavides. “Un millón de soles”. La novela está ambientada, como ya lo anuncia la contratapa, en la primera fase del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, etapa que se extendió desde 1968 hasta 1975. Año en el que Velasco Alvarado fue reemplazado por Francisco Morales Bermúdez.
Tomando como referencia ese marco de la historia peruana, en donde se consolidaron algunas desgracias de la cultura política peruana: los rumores, las componendas, las improvisaciones descaradas e inservibles en los programas de gobierno, la ascensión a los puestos de poder por medios que parecían más cercanos a la truculencia gansteril que al mérito, Benavides se toma la libertad que le toca a un novelista para fabular una historia, en donde los datos históricos y los muchos rumores y “bolas” – que corrieron hasta mucho después de la caída de Velasco -, se combinan para proponer un mundo de ficción que abruma y zozobra la conciencia del lector porque parece que poco a nada hubiera cambiado en nuestro presente.
Definitivamente no se puede tomar una novela como un libro de consulta histórica, allí está el delito del lector desprevenido; sin embargo, y a pesar de ello, cuando la novela está bien escrita, te hace olvidar su razón principal, la ficción, y te convence momentáneamente con su “
realidad”.
La novela nos presenta un mosaico de personajes, entre militares, la mayoría de ellos, y civiles, que irán copando los estamentos de gobierno sistemáticamente. Hay una sucesión vertiginosa de nombres, además de una retahíla de conflictos entre pequeños grupos que cortejan el poder, así como una abrumadora sucesión de hechos que buscan reflejar la vorágine irracional del poder de facto. Todo ello contado con un estilo y una construcción verbal igualmente caudalosa. De pronto, los nombres se hacen tantos, así como las deportaciones, las traiciones, las alianzas, y es entonces cuando llega a entenderse, nítidamente, que la novela más que contar y describir a los personajes básicos de la primera fase la Junta Revolucionaria, pretende simbolizar una nación que nunca había llegado a cuajar como tal y que, se presume, podía irse en picada.
La novela de Jorge Eduardo Benavides no pretende ser la novela totalizadora sobre la casi mítica etapa de Velasco. Benavides principalmente muestra una pintura intensa y vertiginosa de una etapa crucial de la vida peruana y, junto con sus otras dos novelas, logra – es mi modesta opinión – dejar una constancia simbólica de la tragedia política y social que vivió nuestro país en las últimas décadas de ese siglo que ya pasó, pero que aún nos confunde.