CINE, CULTURA Y MULTILINGUISIMO
En pocos meses he tenido el gusto de ver dos películas y un documental en los que – aparte de la calidad artística de cada una – resaltaba el hecho de que estuvieran filmadas en lenguas amerindias peruanas. “La hijas de Nantu”, de Willy Guevara y producido por Maricela Vilca, es un valioso documental realizado en la selva peruana y hablado íntegramente en awajún, una de nuestras lenguas originarias amazónicas. En este documental, las mujeres nativas expresan intensamente sus tradiciones y vivencias y el proyecto funciona muy bien porque dichas mujeres hablan de un modo natural y fluido en su propia lengua. Nada más cómodo y vívido que expresarse en su lengua materna.
También tuve el privilegio de ver “Wiñaypacha”, de Óscar Catacora. Película que narra la vida Willka y Phaxsi, quienes viven a más cinco mil metros, en un lugar agreste de los Andes peruanos. Es un relato conmovedor que retrata la soledad y la supervivencia de dos ancianos olvidados. Pero en ella hay algo más que la enternecedora historia de dos ancianos. La película es una metáfora dolorosa del vestigio de una cultura y una lengua milenaria, el aimara, lengua que como otras tantas, pareciera que caminan lentamente hacia su extinción. Excelente película que debe haberle costado un enorme trabajo (aparte de dinero, obviamente) y sacrificio al equipo de realización porque fue filmada en lugares difíciles para un trabajo cinematográfico. Valió largamente la pena. La trama, la fotografía, la edición son de respeto y todo ello magnifica la bella impresión lingüística de escuchar la fluidez armoniosa y profunda de la lengua aimara.
Y esta semana asistí a la proyección de “Retablo”, de Álvaro Delgado Aparicio. Película que cuenta el drama de una familia luego de que se descubriera un secreto que desata un gran conflicto, lo que termina por desintegrarla. La crítica general afirma (y estoy de acuerdo con ellos) que la obra tiene tres hilos conductores: la homofobia, las dificultades de supervivencia en el mundo rural quechua y los conflictos de la adolescencia en una comunidad campesina. Probablemente el tema más conflictivo sea el de la homofobia y, de otro lado, el gran mensaje sea que el amor familiar sí es capaz de desmantelar los fútiles prejuicios que aún minan a nuestras sociedades (no importa que tan “civilizadas” sean o no). Ahora bien, aquí también quiero destacar que la obra fílmica está hablada en lengua quechua. E igual que en los filmes anteriores mencionados, el valor de la película se eleva.
Si ya por el argumento y otras riquezas técnicas la obra es impactante, todo se potencializa al escucharlo en esta importante lengua vernácula. Pienso que el intenso argumento que conlleva a las inquisidoras reacciones de la población también pudieron darse en realidades distintas a la andina e, igual, hubiesen causado un fuerte impacto; pero al presentarla en la lengua nativa más extensa del Perú hace que nuestra visión de la realidad peruana, por lo menos se desenfoque para quienes, a veces, tienen una idea algo utópica o idealista de la vida andina.
Excelente película que me permito recomendar tanto por su calidad como por el apoyo que hay que darle a las películas de autor cuya misión, por cierto, es más dura y poco respaldada, obviamente, por la complejidad de sus propuestas, poco “divertidas” para el espectador.
Para finalizar, recordemos que somos un país unido por un mismo territorio, pero conformado por muchas culturas: las cuarenta y ocho lenguas que aún subsisten en el Perú son la prueba tangible de esa diversidad cultural. Esto implica la dificultad que hay para hablar de una sola nación y de un país integrado. Sin embargo, es necesario asumir – en todos los modos y en todos los campos posibles – el reto de esta integración.
En ese sentido, aunque no sea tan significativo como lo sería una actitud política integral que tanto esperamos, trabajos artísticos como los que he mencionado se constituyen en un valioso aporte para la comprensión de nuestra compleja realidad. Toda integración comienza por la comprensión de quienes integran este proyecto de nación.
NOTA
Estemos atentos al camino que viene tomando la nueva Ley del Cine que ya pasó la primera instancia en el Congreso.