Lo confieso, el mundial de fútbol está ocupando casi todas mis horas sueltas, aquellas que solía ocupar, por ejemplo, en escribir algunos post de la semana para este blog.
Ah, el fútbol, ese deporte que Jorge Luis Borges aceptó a regañadientes que era popular porque la estupidez es popular, ahora me tiene capturado y atento a todos los incidentes – los deportivos y los extradeportivos – porque haberme entretenido con el video aquel en donde el entrenador alemán, Joachim Löw, está urgándose la nariz y comiéndose los mocos, es aceptar que ya se está tocando fondo en el pozo de los compulsivos.
Incluso se me ha pasado una maravillosa presentación de historietas en la Biblioteca Nacional a la que me invitó el siempre gentil Pepe San Martín, y se me pasó por estar conversando con otros fanáticos de última hora sobre las posibilidades de Argentina o de Brasil.
Claro que no soy el único. Acuso a Ivan Thays, quien se ha convertido en el escritor reportero deportivo más eficiente del facebook. Los resultados de cada encuentro se van anotando a segundos de la jugada. Por otro lado, me entero de que el escritor boliviano, Edmundo Paz Soldán, también se ha metido de lleno en la jugada y que su blog literario en Boomerang está innundado de informes y comentarios de corte fubolístico.
¿Qué tiene el fútbol? Pues, probablemente nada en especial ni de profundo, es simplemente fútbol, y tal vez allí está la explicación de todo, al menos eso acabo de leer en un correo enviado por un querido amigo poeta a quien nunca le había conocido otra afición que la poesia y el chilcano de pisco, pero que por estos días, va por allí entusiasmado con la idea de que en el fútbol lo importante es la pasión y, para nada, la razón, y de que eso es finalmente también poesía. Una de dos: o lo que él dice es tan profundo que no está para los comunes o le ha caído un pelotazo tipo penal por estos días.
No soy un asiduo del fútbol. Mucho menos soy un entendido de la materia. Pero acepto que algo hay en él para que – al menos cada cuatro años – algunos más se cuelen por la puerta falsa de esa logia innumerable de aficionados por el fútbol.
Ah, otra cosa, le doy a Brasil o Argentina. ¡Eoe! Eoe!