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Ganadora del Premio Alfaguara
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Hace uno días terminé de leer la premiada novela de Gustavo Rodríguez, “Cien Cuyes”. Premio Alfaguara 2023. Me tomé la confianza de escribirle para expresarle mis respetos por su excelente trabajo. Como suele suceder, Gustavo se dio tiempo para una amable respuesta a pesar de su ocupada agenda.
El eje central de «Cien cuyes» es la relación peculiar entre Eufrasia, una madre soltera que trabaja como cuidadora de ancianos y sus mismos clientes que encuentran, en ella, no solo a la persona que los atiende, sino a un alma buena que es capaz de comprender sus desventuras y solidarizarse con ellos. A lo largo de la novela, mientras se va conociendo la vida, sentimientos y puntos de vista, tanto de Eufrasia como de los ancianos, la relación entre ellos se estrecha e ingresa a una dimensión insólita. Ella, en un momento dado, se encuentra en la encrucijada de tomar decisiones que van a afectar tanto la vida de sus protegidos como la de ella misma. A partir de esa determinación, la novela avanza hacia un final conmovedor. Luego de cerrar la novela, seguramente quedará en el lector muchas preguntas y reflexiones sobre la vida, la libertad de elegir y hasta las muchas formas de amar.
Ahora bien, la novela va mucho más allá de una aguda trama. En «Cien cuyes» hay varios subtemas que dimensionan la novela. La recreación de una sociedad peruana contemporánea tan distante ya de aquellos retratos elaborados por geniales escritores como Ribeyro, Bryce, Vargas Llosa, Reynoso, entre otros, pero que ya no reflejan esta nueva realidad. El Perú de hoy, por supuesto que puede tener muchas lecturas y puntos de vista. Considero que en «Cien cuyes» se plasma con mucho acierto una de esas maneras. Junto a ello, está el lenguaje adosado de peruanismos actualizados que hacen de la novela una historia mucho más cercana. Lo que demuestra que no solo es contar una buena historia, sino que hay mostrarla con nuevos colores, sabores y variaciones verbales, pero con el cuidado estilístico y el buen gusto.
Y aun cuando puede ser solo una subjetividad mía, creo que un potencial de la novela es el humor encubierto que hace de la novela un viaje amainado a pesar de que aborda un tema crítico como la eutanasia o el suicidio asistido.
Me aúno a la efusividad por el premio otorgado a Gustavo Rodríguez por esta novela. Creo que bien merecido. Como muchos, he seguido con atención sus novelas anteriores y como todos, nos alegramos de contar con una voz narrativa consolidada.
¡Ah! Comparto una foto con el autor con mucho orgullo.