MIGUEL GUTIERREZ

Polémico, dicrepante, difícil para algunos. Ciertamente Miguel Gutierrez es un escritor con quien muchos no estamos de acuerdo políticamente; pero a quien no se le puede restar méritos literarios. Esta mañana escuché por radio Programas la voz preocupada de su esposa quejándose por la pésima atención que el escritor estaba recibiendo en un hospital del Estado. Al parecer, sufría de una hemorragia (incontenible según la versión radial) y el personal de encargado mostraba, una vez más, la insensibilidad cruel de siempre al no facilitar ni siquiera el algodón o las gasas para limpiar el flujo de sangre.

Sin la voluntad de ser desatinado, lo que iba oyendo parecía ser un relato «naturalista», de esos con los que se construye un cuento que, en su conjunto, proponen una imagen sordida de ese mundo que se recrea. Sin embargo, era real. Raul Vargas, el conductor del noticiero, dejó constancia de la molestia general. No sólo porque era Miguel Gutierrez, sino porque era un ser humano (reconocido en este caso) padeciendo la indiferencia de otros humanos.

Sinceramente, deseamos de todo corazón que la salud del escritor mejore. Y, de paso, que ojalá se intente cambiar actitudes como las que narraba la trémula esposa esta mañana. Nadie tendría por qué pasar por esas viscitudes habiendo gente que puede evitarlo.