Cronista, periodista: escritor básicamente
JORGE SALAZAR FALLECIÓ
No puedo decir que fui su amigo. Conversé con él muy pocas veces y, generalmente, de asuntos formales de literatura o de amigos conocidos. Era un hombre con tantas cosas vistas que, seguramente, le quedaba corto alguien con tan poco mundo como yo. Amable, aunque distante con quien no entraba en su círculo más cerrado de amigos. Sin embargo, mi respeto por su manera de asumir la escritura quedó expreso desde la primera vez. Ahora que termina su ciclo en esta tierra, debo aunarme a quienes lo depiden apenados porque el flaco Salazar se ha marchado y sí deja un vacío en el juego constante de las palabras.
Una nota de
El Comercio dice:
Reconocido escritor y periodista, delicioso autor de crónicas gastronómicas y siempre goleador reportero futbolístico, Jorge Salazar falleció la noche del domingo a los 68 años, debido a una dolencia cardíaca. Ya en los últimos días se encontraba muy grave de salud en el hospital Loayza de Lima, donde fue internado de emergencia por un cuadro de insuficiencia cardíaca.
De otro lado, Ivan Thays, desde su
Notas Moleskine, agrega unas líneas sentidas:
Un nuevo amigo que se va y al que me toca despedir desde Moleskine Literario. Se trata de Jorge Salazar, periodista y narrador, el extraordinario cómplice que tuvo mi programa Vano Oficio en muchas ocasiones. Me quedo con una imagen imborrable de él comiendo un chifa en el Wa Lok rodeado de amigos, contando anécdotas interminables, conversando sobre fútbol, literatura, cocina, crímenes horrendos. En esa mesa inolvidable, sentada a su lado y encandilada por su viejo amigo Coquito como ella lo llamaba, estaba la entrañable Jimena Pinilla a quien también debimos despedir hace unos años en este blog. Ojalá Jorge pueda seguir hipnotizando a Jimena con su conversación. Y ojalá allá arriba allá una TV y pasen la Eurocopa, para que Jorge (extraordinario en el análisis futbolístico) no se la pierda, aunque eso signifique que seguirá puteando los pésimos resultados futbolísticos peruanos.
Nacido en Lima en 1940, Salazar ejerció el periodismo desde hace cinco décadas. Varias de sus investigaciones terminaron publicadas como libro. Fue el caso de «La ópera de los fantasmas» (1980), en que aborda la tragedia del Estadio Nacional de 1964, por el que obtuvo el premio Casa de las Américas; o «La medianoche del japonés» (1992), en la que narra un asesinato cometido por un inmigrante nipón.
El autor de la novela histórica «Los papeles de Damasco» (2006) también incursionó en la crítica gourmet, en que cosechó el premio Gourmand World Cookbook Awards 2006 por «Crónicas gastronómicas».