VIGENCIA DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA
En un artículo aparecido en
ABCD, Gloria Treviño, anota dos ideas muy interesantes sobre la literatura latinoamericana, tanto sobre los grandes éxitos de ventas que muchas novelas alcanzaron en España, aun antes del “boom”, así como los nuevos rumbos que podría tomar la novelística de escritores latinos contemporáneos para ganarse al lector europeo de estos tiempos.
ANTECEDENTES DEL BOOM:
Según ella, ya hubo una irrupción fascinante de la literatura anterior al «boom». Menciona a la novela “Maria» de Jorge Isaac (1867) como iniciadora de esos momentos ascendentes de la literatura latinoamericana. La novela, dice, cautivó al lector español por sus paisajes idílicos y por la construcción romántica y rejuvenecedora que despejó el ambiente español saturado de la retórica académica de los puristas.
Fue un fenómeno editorial, hasta el punto de que, antes de finalizar el siglo XIX, en América, había alcanzado las cincuenta ediciones. ¿Qué atraía de la novela? La sensualidad tropical rodeada de una atmósfera de ensueño, la pasión contenida de unos amantes que expresaban sus sentimientos con las flores, arrancándoles lágrimas a los lectores.
Agrega como siguiente fenómeno editorial al también colombiano José María Vargas Vila, que acaparó la atención del lector español con una literatura contaminada por un erotismo tan escandaloso como trágico, y que llevó al suicidio a más de un lector. Para los modernistas, como Vargas Vila, la naturaleza americana era ese lugar hostil de donde huían los protagonistas, por lo general artistas que soñaban con las ciudades europeas. Su prosa afectada quedó enterrada bajo los escombros de la Primera Guerra Mundial.
Menciona también a escritores como el venozolano Rómulo Gallegos, el colombiano José Eutasio Rivera y el argentino Ricardo Güiraldes quienes, en diversos momentos, colmaron el afán mundonovista europeo con la llamada novela de la tierra que redescubrió América. Las novelas de estos autores atraviesan una salvaje geografía a fuerza de machete, en su afán civilizador, y en su denuncia de la voracidad extranjera. Doña Bárbara fue uno de los grandes éxitos editoriales americanos de la década de los treinta en España, al que habría que añadir Leyendas de Guatemala, del Nobel Miguel Ángel Asturias.
Para cuando llegan Gabriel García Márquez, Carpentier, Rulfo, Fuentes, Vargas Llosa ya la concepción de lo que se llamará «realismo mágico» iba camino a convertirse en una marca de lo que se entiende por literatura hispanoamericana.
¿CUÁL SERÍA EL CAMINO PARA alcanzar el éxito actualmente?. De alguna manera – comenta -, la fórmula del realismo mágico sigue siendo eficaz a la hora de captar lectores; sin embargo, las más recientes generaciones de escritores hispanoamericanos no la tienen tan fácil.
Para traspasar las fronteras nacionales deben ajustarse a las exigencias del mercado español. Muy pocos se pueden dar el lujo de adaptar la materia literaria a su voz interior, o de experimentar con el lenguaje. Para los escritores que empiezan el dilema es este: repetir una fórmula que funciona, llámese realismo mágico, novela negra, novela histórica, e incluso sentimental, siempre que lo haga en una prosa trepidante, ligera, que no dé tregua al lector, preferiblemente adaptable al cine. Pero lo misterioso es que no todo lo que se publica sigue esas pautas, y que editar en España tampoco garantiza un lugar en los escaparates.
En todo caso, Tolstoi decía: «Retrata tu aldea y serás universal». Así las cosas, lo más recomendable es escribir sinceramente, como se viene de las entrañas. De hecho, ésta sigue siendo la fórmula que conduce a la mejor literatura.