Ediciones Altazor 2023
He terminado de leer la novela de Carlos Rengifo Rivas, El Dipsómano, publicado por Ediciones Altazor (2023). He omitido el adjetivo «reciente» porque resulta que Carlos Rengifo acaba de ser declarado ganador del 12° Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro por su novela «El color de los sentidos». Novela que será presentada en la Feria del Libro Ricardo Palma del presente año. Por lo tanto, Rengifo no solo es un escritor prolífico (van dieciocho novelas publicadas), sino que ha sido galardonado en varias ocasiones por sus obras. Por ejemplo, también fue ganador del Premio de Novela Corta “Julio Ramón Ribeyro” auspiciado por el Banco Central de Reserva en 2011. Esto solo por mencionar otro de sus logros.
«El Dipsómano» es una novela corta, pero que resulta bastante efectiva. El personaje central es un poeta (aunque también narrador) cuya vocación literaria va de la mano con un lento, pero inevitable descenso al alcoholismo. En ese sentido, la novela podría parecer bastante predecible porque, por lo general, el alcoholismo deviene en el deterioro en varios aspectos. Sin embargo, el autor plantea tal historia en un contexto bastante peculiar: los hechos transcurren en la década de los noventa en adelante, principalmente en el ámbito limeño. Aun cuando se ha escrito mucho sobre esos complicados años (¡Cuándo no tenemos años complicados!), me parece que no se ha hablado lo suficiente desde el lado literario. En la novela aparecen escritores conocidos, con nombre propio a veces y, en otros, con sobrenombres fácilmente reconocibles, al menos para quienes algo sepan de la movida literaria de esos tiempos. Desde una mirada –difuminada por el alcohol – van pasando escritores y otros artistas de aquella época embebidos por su vocación literaria y sus otras debilidades.
Otro elemento que le da singularidad a la historia es la cultura del personaje que, aunque dipsómano en franca caída, se da tiempo para mencionar a escritores universales que también chapalearon en el alcohol, cada cual con mayor o menor estilo: Hemingway, Faulkner, Juan Gonzalo Rose y un largo etcétera. Datos que le dan cierto talante épico a la dipsomanía y que ambientan la novela.
Como la historia está contada en primera persona, la prosa del personaje – a ratos grandilocuente – genera una atmósfera que concuerda con el tono gris de la novela. Hay algo más que anoto en este mismo párrafo. En la novela de Carlos Rengifo, la presencia de mujeres (escritoras o no) aparecen a la par en el tema de la dipsomanía. Era de suponer, pero, francamente, no había leído mucho sobre la dipsomanía y las escritoras.
Pienso que El Dipsómano, de Carlos Rengifo, es una novela que se lee bien porque tiene una prosa fluida y madura. Está contada en una acertada mezcla de testimonio, diario personal y crónica sobre un vicio (¿cierto?) difícil de tratar sin estrellarse con lugares comunes en la narrativa. La recomiendo.