(Diario personal)
Alonso Cueto
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Comparto con ustedes una de mis recientes lecturas, «Los años», Diario personal (2023) de Alonso Cueto. Como se señala en la contratapa, es un libro íntimo y reflexivo. Es, hasta ahora, el libro más personal de Alonso y me alegra mucho haberlo leído.
Quienes hemos seguido su obra con atención y hemos compartido sus novelas, hemos logrado conocerlo de un modo literario, por decirlo de un modo general. Eso es lo que sucede entre los lectores y el autor. Nos conectamos con la visión del escritor, no necesariamente con él.
A veces coincidimos con sus puntos de vista y, en otros casos, discrepamos con sus visiones y hasta nos enojamos con él. Ni modo, esa es la constante entre los artistas y sus – en este caso – lectores.
El ser humano detrás del constructor de ficciones a veces suele ser distinto al narrador literario. Por lo general lo es, pero los lectores solemos barnizarlos con nuestras propias ficciones y creamos un héroe ficcional entre el autor y su obra, una imagen más cercana a nuestras ilusiones.
Sin embargo, cuando el autor decide compartir un diario personal, como en este caso, se tiene la oportunidad de conocerlo de un modo más terrestre.
Entonces se descubre al ser humano detrás del escritor. Al hombre con sus anhelos, sus sueños, sus temores, sus desdichas, sus obsesiones. Se puede encontrar al ciudadano de a pie: con sus recuerdos, sus rutinas y sus equivocaciones, sus memorias (las gratas y las ingratas). Evidentemente, el diario de un escritor siempre tendrá sus pinceladas literarias y un barniz de ficción. Lo mismo que cualquiera de nosotros quienes – seguramente – al compartir nuestros recuerdos enceramos de algún modo nuestras remembranzas. Como sea, el libro de Alonso Cueto es un agradable recorrido por sus confidencias y sus puntos de vista. Es la memoria de un escritor a lo largo de una vida que ha avanzado entre los quehaceres, las vivencias personales y su vocación literaria.
Tengo la satisfacción de conocer a Alonso y de haber conversado varias veces con él. Me ha extendido su amistad en más de una ocasión, amistad de la cual me enorgullezco. Sin embargo, siempre me he mantenido a respetuosa distancia, tal vez por esa timidez que me abruma y que algunos confunden con un espíritu huraño. Muchos saben que no es así.
Con la lectura de «Los años» creo que, quienes seguimos la obra de unos los más prolíficos escritores peruanos contemporáneos, ahora podemos acercarnos un poco más al valioso ser humano detrás del escritor.