Me ha resultado muy grata la lectura de la reciente novela de Raúl Tola, La favorita del Inca, publicada por Editorial Alfaguara 2019 y presentada en Lima en la Feria Internacional del Libro. La propuesta llamó mucho mi atención porque se anunciaba como una novela de corte policial, pero con la peculiaridad de tener como marco histórico el imperio incaico, con mayor precisión, ambientado en la época en la que gobernaba el legendario inca Pachacútec. Peculiar y delicada propuesta literaria que planteaba un enorme reto. Es decir, articular el género policial dentro un espacio histórico todavía algo incierto como el período incaico: sin caer lugares comunes, frases maniqueas e imágenes triviales.
Complicada tarea, pero seductora (me imagino) para un novelista que ya ha presentado dos novelas de trazo histórico con algunos ingredientes singulares. Me refiero a Flores Amarillas y a La noche sin ventanas. Ahora bien, hay que señalar que, aunque no muchos, ciertamente, sí hay antecedentes de trabajos narrativos que han buscado contextualizarse dentro del mundo prehispánico. El más reciente – antes de la novela de Tola – sería la El espía del Inca de Rafael Dumett, también estupenda novela que ha alcanzado reconocimiento luego de un largo recorrido.
Sin embargo, hay una respetable distancia entre ambas propuestas. En la novela de Tola el propósito es básicamente narrativo, mientras que en la obra de Dumett hay un impresionante recorrido histórico de más de setecientas páginas. Y hasta aquí la odiosa comparación que anoto solo para subrayar el promisorio campo narrativo que se empieza a percibir gracias al esfuerzo y talento de narradores como Dumett y Tola, con el perdón de alguna otra obra que esté omitiendo.
Ahora bien, en relación con La favorita del Inca. La historia cuenta la investigación que debe realizar un chasqui de nombre Aru sobre el asesinato de una mujer muy cercana al inca Pachacútec. El chasqui Aru se ve comprometido con dicha indagación casi de un modo casual. Su propia vida dependerá del éxito que tenga. Durante el proceso de investigación, va descubriendo los entretelones del poder que, como siempre, están ensombrecidos con la ambición, la confabulación y el crimen. Factores que conspiran para impedir que la verdad se sepa. En algún momento, el mismo Aru descubrirá que él es parte de ese laberinto que se forma en torno del poder.
¿Quién o quiénes asesinaron a la favorita del Inca? ¿Por qué motivos se llegó a tales extremos? ¿En verdad peligraba el mismo gobierno del gran Pachacútec? Ese es el atractivo policial que el lector deberá descubrir cuando lea la novela. En ese aspecto, el proyecto narrativo de Raúl Tola se desarrolla con bastante eficiencia. El manejo de la incertidumbre avanza y crece conforme avanza la trama y la sospecha sobre el o los culpables se acerca y se aleja de uno y de otro personaje, creando el debido suspenso en el lector. Ese es el requisito básico para una buena novela detectivesca.
Sin embargo, como ya mencioné, el reto del autor radicó en que dicha trama policial se enmarca en el contexto de mundo incaico. Y había que tener cuidado con la geografía, con los hechos históricos de aquel tiempo, con las costumbres, con las características sociales, culturales y políticas de ese momento, además del tono, ritmo y hasta el vocabulario con el que se iba a matizar la obra escrita, por supuesto, en castellano; pero que debía generar una atmósfera convincente con ese momento histórico en donde se hablaba otra lengua. Pues bien, en ese sentido, La favorita del Inca, creo, ha logrado remontar ese reto con aceptable eficiencia. Al comienzo, se tiene la sensación de que la novela podía caer en un lenguaje y descripción artificiosos; sin embargo, conforme se avanza en la obra, el lector llega a familiarizarse con el tono planteado. Es decir, sucede lo de siempre, solo había que acostumbrarse al ritmo y tono de la novela. Luego todo fluye. Por supuesto, no hay que esperar una escrupulosa descripción de lugares y costumbres – que es tarea de los investigadores sociales y antropológicos -; pero con lo presentado alcanza para que la trama y el ambiente se conjuguen persuasivamente.
En conclusión, desde mi punto de vista, La favorita del Inca es una novela eficiente y recomendable. Hay suspenso policial y un recorrido por ese mundo prehispánico del que tanto nos enorgullecemos, pero del que conocemos poco. Proyectos literarios que aborden ese reto son dignos de resaltar. Esperemos que haya una mayor producción literaria con esa temática prehispánica. Pienso que es una veta literaria que vale la pena trabajar.
Mientras eso sucede, los invito a leer La favorita del Inca de Raúl Tola.